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sábado, 19 de marzo de 2011

Námaste Peñalara, námaste.

Pasiómetro: lo necesario para controlar la pasión
Cotos, 19 de marzo de 2011

Llevo algún tiempo pensando y sintiendo que esta pasión por las montañas anda algo desatada, sin mucho control, y eso no es bueno.

El título de la entrada es una sana costumbre que tenía (y que reconozco que debo recuperar) al llegar a cada cumbre. Es una palabra originaría de India que tuve el placer de incorprar su uso en mi vocabulario cuando  esa pasión me llevo a preprar un viaje a Nepal que, tal vez, algún día pueda desarrollar. Una persona muy cercana a mí me regaló un libro de treking por la zona y aparecía esa palabra como símbolo de respeto  hacia seres superiores .... en mi caso, lo apliqué a las montañas.


 
foto extraida de magogalactico.blogspot.com
He buscado imágenes que simbolizasen mi reconcimiento por esta Peña Lara y me he atrevido a simbolizar ese respeto a través de la fotografía de un niño con el saludo de veneración de Námaste. Así me siento ante la grandeza de las montañas.

La pasión descontralada no es buena; de ahí que necesitemos medirla, controlar sus efectos y dosificar su uso. Qué mejor que usar el Pasiómetro ... y os preguntaréis ¿qué es eso? Cada uno debe buscarlo ... tal vez en su interior ... tal vez en otra persona ... es posible que lo tenga más cerca de lo que sepa ver. Desde luego que no lo busque en los grandes almacenes especializados en electrónica de última generación. Tiene vida propia y necesita calor humano.

Yo lo tengo muy cerca; está ahí, sin realizar muchas preguntas pero siempre a mi lado transmitiéndome el nivel que tiene mi pasión ... no todas las veces lo evidente lo ves. Pero, como pasa en esa historia de Saramago, los que fueron alguna vez ciegos, vuelven a ver. Gracias Pasiómetro por no preguntar.

El día 19 de marzo está marcado en mi vida. Hace ya bastantes años mi padre, José Luis, nos dejó ... desde ese momento no se ha vuelto a celebrar ese día festivo como lo hacen la mayoría de las personas en nuestra cultura.

Pero una cosa es que no esté entre nosotros y otra es que no me acompañe, me guíe  en ese blanco camino que se dibuja estos días en la montaña y sea capaz de dirigir mi descontrolado y rápido descenso, cuando la pasión no se ha sabido medir adecuadamente. Gracias Papá por seguirme acompañando.

Námaste Peñalara
Tengo la suerte y el privilegio de tener unos excelentes amigos que te cuidan, te miman ... desean que vivas esa pasión con ellos. Námaste queridos amigos.

Si todos esos factores se alinean es difícil que la montaña cobre tributos no necesarios. Hay que volver a revisar el Pasiómetro y bajar varios grados el color rojo de advertencia en que se encuentra, en estos momentos, la pasión por las montañas.

Námaste mi amor, námaste padre, námaste amigos, námaste Peñalara.

Saludos,
José Antonio

2 comentarios:

  1. Que hermoso comentarío, tú padre debío ser un gran tipo.

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  2. Aunke no puedas estar allí aora preparando tu ambiciosa meta,
    tu interior sigue el curso del rio de tu pasión.

    Las heridas siempre se curan y dentro de poco podrás gritarlo muy alto..Námaste!!!

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